Una fotografía tomada a
través de un microscopio se llama FOTOMICROGRAFÌA.
La fotomicrografía científica es la técnica fotográfica que se realiza utilizando un microscopio y una cámara fotográfica para observar muestras de material biológico, como organismos, partes de estos, tejidos, células (que pueden teñirse para mejorar el contraste y observarse mejor); y materia inerte, por ejemplo rocas, minerales, compuestos orgánicos e inorgánicos. Todo esto con el fin de obtener imágenes de interés y utilidad en la comunidad científica al mismo tiempo que están al alcance de todos.
La fotomicrografía
tiene un carácter científico pero también
busca ser estética para poder atrapar la atención del observador y
provocar su interés. Debido a esto se ha convertido en una valiosa herramienta
dentro del área de los conocimientos.
El principio de la
fotomicrografía data de finales del siglo XVII con los detallados dibujos que
elaboraban Antoni Van Leeuwenhoek y Robert Hooke de todo lo que observaban en
sus microscopios. Sin embargo no se obtuvo una fotomicrografía como tal hasta 1802 cuando
Thomas Wedgewood uso un microscopio solar para obtener fotomicrografías
utilizando un papel revestido con cloruro de plata, por desgracia no era
posible conservar las tomas debido a que no existía un método para fijar la
imagen. Años más tarde, en 1835, William Henry Fox Talbot desarrolló una
técnica de fijación con la que experimentó y logró capturar las primeras
fotomicrografías de materiales naturales.
Con los avances
tecnológicos, la fotomicrografía ha evolucionado y ha conseguido abarcar
diversos campos de estudio, desde sus aplicaciones en Medicina y todas las
ramas de la Biología hasta su uso en técnicas forenses. Se han incorporado a su
técnica cámaras integradas en los microscopios, microscopios conectados a
ordenadores, softwares especializados en fotomicrografías y una cantidad enorme
de cámaras digitales con accesorios diseñados para trabajar con microscopios.
Técnica para tomar una
fotomicrografía.
Para comenzar, se
debe preparar la muestra del material que se desea fotografiar, teniendo en
cuenta el tipo de microscopio que se usara, ya que de no ser una muestra
preparada correctamente la observación será limitada.
Siempre se comienza la observación microscópica con el objetivo de menor aumento, luego de lograr el enfoque cambiar de objetivo para ir resaltando los detalles hasta encontrar lo que se desea fotografiar. En muchos casos se requerirá usar uno o varios objetivos para observar todos los detalles de las piezas.
Se debe mantener
el cuerpo de la cámara firmemente con una mano y enfocar con la otra
mano. Obtener la fotomicrografía a través de uno de los oculares.
Al momento de obtener la fotomicrografía, con la cámara se puede realizar un
acercamiento para que los detalles de las características microscópicas se
puedan apreciar mejor. Se recomienda que las fotomicrografías se capturen con
un aumento de 10x o mayor.
La posición de la muestra y de la iluminación es sumamente importante para lograr una buena toma. El factor más influyente al momento de obtener la fotomicrografía es la iluminación, por esto se requiere la alineación correcta de las fuentes de luz. Puede regular la cantidad de luz con la ayuda del diafragma.
Aplicación de la Fotomicrografía en el género Opuntia.
Entre las plantas más notables que
caracterizan el paisaje de las zonas áridas
de México se distingue un fascinante grupo
vegetal, la familia Cactácea, el cual está integrado por el
grupo de los cactus y el de los nopales.
Esta familia es autóctona del Continente Americano
en donde se encuentra distribuida especialmente en las regiones áridas y
semiáridas. México, por sus peculiares condiciones de latitud, topografía y
climas es el país que alberga, posiblemente, la mayor cantidad de especies.
Los comúnmente
llamados nopales pertenecen al género Opuntia, del cual se conocen casi 300 especies.
Sin embargo, hay solo 10 o 12 especies hasta ahora utilizadas por el hombre, ya
sea para producción de fruta y nopalitos para alimentación humana, forraje o
cochinilla para obtención de colorante.
Las plantas del género
Opuntia son plantas suculentas,
con adaptaciones morfológicas y fisiológicas relacionadas con el árido ambiente
donde se encuentran.
La suculencia es
una de sus principales características, resultante de la proliferación celular
masiva de ciertos tejidos parenquimatosos, asociada a un aumento en el tamaño
de las vacuolas y a una disminución de los espacios intercelulares. Este
fenómeno permite a los órganos de la planta acumular grandes cantidades de agua
en forma muy rápida durante los breves períodos de humedad.
Los tallos suculentos
y articulados o cladodios, presentan
forma de raqueta ovoide o alongada, su tamaño depende del agua y de los
nutrientes disponibles. Sobre ambas caras del cladodio se presentan las yemas,
llamadas aréolas, que tienen la
capacidad de desarrollar nuevos cladodios, flores y raíces aéreas según las
condiciones ambientales.
Las aréolas presentan en su cavidad espinas, que generalmente son de dos tipos: algunas pequeñas, agrupadas en gran número (gloquidios) - comúnmente llamadas aguates- y las grandes que son, según algunos botánicos, hojas modificadas. Los cladodios excretan una sustancia “viscosa” llamada mucílago. El mucílago del nopal es un polisacárido fibroso, altamente ramificado cuya función es retener el agua y participar en el proceso de germinación de las semillas.
Las flores son sésiles, hermafroditas y
solitarias, se desarrollan normalmente en el borde superior de los cladodios.
Presentan corola dialipétala con pigmentación rosácea. Se desarrollan desde las
areolas.
Su ovario es ínfero, unilocular, con
muchos óvulos que presentan placentación parietal; el estigma se caracteriza por tener muchos lóbulos, de cinco a
diez; el androceo posee gran cantidad de estambres con anteras basifijas. La
floración tiene lugar en primavera. Una vez efectuada la fecundación, el
perianto se marchita y cae, pero a veces permanece adherido al fruto por algún
tiempo.
Su fruto,
la tuna, es una baya unilocular polisperma, carnosa, de forma ovoide, de tamaño
pequeño, de color rojo a guinda. Con
semillas lenticulares, de testa clara, embrión curvo, cotiledones grandes y
perisperma bien desarrollado.
Fotomicrografías de la estructura de estomas y anteras en cladodios y flor de Opuntia.
Los estomas son
grupos de dos o más células situadas en la epidermis de los tejidos verdes de
las plantas, las hojas principalmente (en el caso del género Opuntia se
distribuyen en los cladodios), permiten regular el intercambio gaseoso y la
transpiración en las plantas. Cada uno está formado por dos células oclusivas
que dejan entre sí una abertura llamada ostiolo o poro, debajo del cual se
encuentra la cámara subestomática; y dos o más células adyacentes a las
oclusivas llamadas células anexas.
El
mecanismo de apertura y cierre estomático depende de varios factores, como
a luz, el agua disponible, iones (K+ o Na+) o
los niveles de CO2. La apertura de los estomas es la
consecuencia del aumento de la turgencia dentro de las células
oclusivas, en situaciones de escasez de agua las células oclusivas pierden
líquido y por lo tanto su turgencia dando como consecuencia el cierre del
ostiolo. Esto significa que cuando el volumen de este líquido es grande las
células oclusivas absorben agua aumentando su turgencia, por lo que se
separan. Esto permite el intercambio de
gases (CO2-O2) en el proceso de fotosíntesis: entra
dióxido de carbono y sale oxígeno, también por el ostiolo escapa vapor de agua
(transpiración). Cuando la cantidad de agua ha llegado hasta cierto nivel bajo
causado por la transpiración las células oclusivas pierden turgencia,
disminuyendo su tamaño causando el cierre del ostiolo para evitar más perdida
de agua.
Los estomas en Opuntia se caracterizan
por ser pequeños, escasos y de tipo Paracítico, es decir que tiene dos células
anexas paralelas a las células oclusivas.
A diferencia de la mayoría de las plantas que abren
sus estomas durante el día, los de Opuntia se abren durante la noche para
evitar la deshidratación, de modo que la entrada de CO2 y la
pérdida de vapor de agua asociada ocurren en la parte más fresca del ciclo de
24 horas. Este patrón de intercambio de gases es conocido como Metabolismo
Ácido de las Crasuláceas (MAC), encargado
de almacenar el CO2 obtenido durante la noche convirtiéndolo en
ácido málico hasta la mañana siguiente, cuando la luz solar activará la función
clorofílica haciendo a la planta extraer el CO2 del ácido málico para
convertirlo en glucosa.
En la
fotomicrografía se observa a detalle la estructura de cuatro estomas de la especie Opuntia donde se
distinguen las células oclusivas cerradas
con presencia de cloroplastos en su interior, así como su par de células
anexas. También se puede identificar la elaborada arquitectura celular de la
epidermis en las líneas curvas que delimitan a sus células. Las estructuras redondeadas
que aparecen delimitadas en un tono verde oscuro dispersas entre los estomas
son cúmulos de oxalato de calcio.
El oxalato de
calcio le ayuda a la planta a disminuir la toxicidad del ácido oxálico
precipitándolo y fungir como almacén de nutrientes, en respuesta a la presencia
de altos niveles de calcio. Se localizan en la parte externa de los cladodios y
su tamaño aumenta en relación a su estado de maduración, es decir, se encuentra en mayor concentración
en pencas de nopal cuya fase de desarrollo es más temprana comparado con las
pencas cuya etapa de crecimiento es más tardío.
Las especies de Opuntia tienen un androceo formado por numerosos
estambres filamentosos unidos a las anteras de modo basifijo. Las anteras son las
que contienen el polen, en este caso, al ser anteras ditecas, consisten en dos compartimentos llamados tecas, cada una conteniendo dos
microsporangios, unidas entre sí por tejido conectivo, de la misma manera que las
une al filamento. Los microsporangios son los sitios de formación de polen.
Los granos de polen son partículas fecundantes
con potencialidad masculina, necesarias para la reproducción de las plantas ya
que su misión es fertilizar a los óvulos para dar lugar a la formación de
semillas y asegurar, así, la continuidad de la especie.
Los granos de
polen en Opuntia presentan las siguientes características generales: granos
esferoidales, apolares, radiosimétricos, pantoporados, poros operculados,
esculturados con exina semitectada o tectada.
Cuando el polen ha
madurado, ocurre un fenómeno llamado dehiscencia:
la apertura de las anteras para liberar el polen. En el género Opuntia ocurre de
forma longitudinal.
La fotomicrografía
muestra un par de anteras de una especie de Opuntia, en el
interior de cada una están las tecas donde existe gran cantidad de polen,
observado como una aglomeración de cuerpos esféricos. Esto se debe a que la
muestra fue tomada de un botón, por lo que las anteras están inmaduras: la
dehiscencia no ha ocurrido por lo tanto el polen no se ha liberado.
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